Hemos pasado una semana divertida, llena de aventuras y aprendizaje, en la que hemos tenido la oportunidad de conocer a personas maravillosas que se han convertido en amigos, en «familia».
Hemos aprendido a ir en piragua , a orientarnos si nos perdemos , a tirar con el arco y a superar nuestros miedos en la torre de aventuras.
El balance general es muy positivo. La rutina diaria era despertar sobre las 8 y algo de la mañana , desayunar y sumergirte en horas y horas de baile, con el objetivo de la Gran Gala Final , pero también de ir conociéndonos los unos a los otros, de crear una gran piña y sobre todo de pasarlo bien.
Una vez finalizadas las clases de danza llevaba la hora de comer, después un descanso que venía muy bien para despejar cuerpo y mente y conectar un poco con la vida de fuera (llamar a familiares , amigos…)
Cuando este tiempo finalizaba empezaba algún tipo de taller ya sea organizado por monitores (primer campamento) o por profesoras (segundo campamento) era de carácter relajado, sin mucho movimiento. A estos talleres les seguían pasar tiempo en la playa , merendar y realizar alguna actividad como piragüismo, tiro con arco, orientación o torre. En la que poníamos a prueba nuestro lado más aventurero y reforzabamos lazos.
Cuando empezaba a caer la noche tocaba ducha, parecía complicado pasar del primer campamento con 29 niños al segundo con 50, pero de alguna forma conseguimos planificarnos de una manera eficiente y todos estábamos listos a la hora de la cena.
Para finalizar los días los monitores organizaban la actividad de la noche (cluedo, estrellas, noche del terror , piragua por la noche…) En algunas de estas actividades las profesoras realizábamos estás actividades con los niños , como si fuésemos uno más y otras ayudábamos a los monitores y tomábamos algún rol.
Fueron días entretenidos, de desconexión y de conocer a nuevas personas.
El personal era muy servicial y cercano y la comida estaba bastante buena, aunque quizá deberíamos reducir las patatas fritas tan ricas.
Buena organización: mañana destinadas para las clases de baile y tardes el resto de actividades. Me comentaron que el año pasado había clase de baile por la mañana y por la tarde, y creo que es mejor darlas todas por las mañanas.
Escenario: David siempre estuvo atento a las necesidades que teníamos respecto al escenario y puso solución a los pequeños problemas que pudieron surgir (tamaño)
Desplazamientos: A pesar de por necesidad imperiosa teníamos que hacer desplazamientos diarios (en el segundo campamento) se hacen de manera eficiente.
Monitores: llevaban una buena organización y disposición en todas las actividades. Las monitoras que más estuvieron pendientes de nosotras fueron Alba y Esther y David una actitud inmejorable.
Profesoras: trabajadoras , educadas y apasionadas, he tenido unas compañeras de 10.
Monitores, profesoras, el resto del personal y niños íbamos todos con la idea de pasarlo bien y de hacer de esa semana una semana especial , llena de aprendizaje y amistad, por eso todo fluyó … Por mi parte intenté que los niños dejarán atrás insanas competiciones y entraran en un ambiente en el que al único que tienes que superar es a tu yo de ayer… Ayudar a los compañeros y tratar a los demás con educación y respeto.
Volvemos siendo personas distintas a las que éramos con nuevas vivencias, nuevos pasos de baile y habiendo aprendido un poquito de cada compañero, profesor y monitor que nos ha acompañado.
Gracias por cada sonrisa, por las palabras de ánimo, por los abrazos eternos , por estar ahí cuando más lo necesitaba, por los aplausos y simplemente gracias por ser tú.
¡Hasta la próxima familia y gracias!
Jessica